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La casta del noir

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Después de "El Beso del Asesino" (1955) Kubrick vuelve a profundizar en el noir. Un par de añitos antes de la última gran película del período clásico del cine negro estadounidense - "Sed de Mal" de Orson Welles - se estrenó "Casta de Malditos" (1956) o "The Killing" , pero me gusta muchísimo más la traducción al español, que encaja con la actualidad. Una pena que al gobierno nacional no le guste el cine, se pierden de apodar a sus opositores como el título de este filme. "Casta de Malditos" parodia el cine de atraco. En este estilo de películas el robo sale mal, ya sea por errores o broncas de alguno de los integrantes de la banda que perpetra el golpe o - como mayormente sucede en la historia que nos compete - por cuestiones del azar que se van acumulando hasta terminar en masacre. La trama gira en torno a la organización de un robo que podría significar un nuevo comienzo para sus integrantes. El "last dance" de Johnny,

El beso del asesino

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Killer's Kiss de Stanley Kubrick (1955) Un boxeador neoyorquino en las malas se enamora de su vecina luego de defenderla de un gángster que la maltrataba. Deciden tomarse el palo a otra ciudad, ella le va a pedir su salario al gángster (que además de ser su jefe en un antro de baile estaban involucrados sentimentalmente) y ahí el tipo manda a matar a nuestro boxeador, pero sus matones cometen un error y matan al manager. Luego secuestran a la chica y el boxeador sale en su búsqueda. Pim pam pum. La pareja termina reunida en una estación de tren y se besa. Todo bien. Está narrada en flashback (cosa del noir ) y arranca con Davey - el boxeador- en la estación de tren, preguntándose cómo llegó a esa situación (y termina con él reencontrándose con la chica, Gloria, en ese mismo sitio). Esta película es de 1955 y un año antes Hitchcock estrenaba La Ventana Indiscreta. Se ve que a Kubrick le gustó el recurso porque no paró de usarlo a cada rato: Gloria y Davey se pispeaban desde sus res

El discreto encanto del exterminio

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Una familia pasa una tarde en contacto con la naturaleza, bañándose en el río con el ruido de pajaritos y las voces de niños felices. Mamá y papá cuidan muy bien de ellos. Todo es apacible. Vuelven a la casa. Una familia muy normal. Todo chill. En el inmenso jardín de la casa en la que viven hay un muro. Del otro lado del muro hay un lugar que no nos van a mostrar, un lugar donde trabaja el papá de esta familia normal. El papá que le lee cuentos a los nenes antes de dormir, que comparte reuniones en el jardín con pileta, que contempla las flores, que pasea a caballo junto a su hijo mayor, que se ríe con su mujer - Hedwig - y planifican viajes, es el Comandante Rudolf Hoss, jefe máximo de los operativos cotidianos en Auschwitz.  “Zona de interés” además del nombre de la película de Jonathan Glazer, es el término que usaban los nazis para referirse a los campos de exterminio y sus inmediaciones. Ahí estaba la casa de la familia Hoss. Sí, es una película sobre el Holocausto, pero no desde

"El Joker caminó para que Dogman pudiera correr" por E. DUCLOS

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Un hombre se refugia en la seguridad del instinto animal de los perros para escapar de las raíces podridas de la violencia familiar vivida toda su infancia, a manos de un padre fanático religioso. Al fin y al cabo los perros (a los que llama “mis hijos”) son más confiables que un ser humano. Esto, que podría ser la subtrama del presidente de cierto país sudamericano, es el punto de partida de Douglas -Doug para los amigos-, el protagonista de “Dogman” (Luc Besson, 2023). Los malos artistas copian, los geniales roban. Besson no tiene vergüenza alguna en robar con ganas a “Joker” (Todd Philips, 2019) y a todas las películas de las que el personaje de ese guasón se supo nutrir. Pero lejos de ser una fuente de memes para tías de facebook, el hombre perro de este filme no quiere ver el mundo arder ni planea una venganza a gran escala. Sabe moverse con recelo, como un buen animal que sabe del impredecible espíritu humano, en el que conviven actitudes de amor y odio (en palabras de su yo de n

Cassavetes y el amor. Romperse y volverse a armar.

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"Una mujer bajo la influencia" es una película de 1974 dirigida por John Cassavetes, actuada por Gena Rowlands y Peter Falk. Se origina a partir de un pedido de Gena a su marido, John: "Negro, escribime un texto para hacer una obra de teatro sobre las problemáticas de las mujeres de estos tiempos". Cassavetes - que era un gobernado - escribió el texto, pero era tan pero tan tremendo en intensidad que Gena supo que no iba a darle el cuerpo para interpretarlo a diario en teatro, así que decidieron hacer la película. Cuando fue a pedir financiación lo sacaron cagando porque, cito textual: "Nadie quiere ver una película de una loca de mediana edad". Así que Cassavetes hizo lo que haría cualquier padre del nuevo cine norteamericano independiente: pedirle guita a sus amigos. Peter Falk se enamoró del guión y no solo puso la mayor parte de la biyuya (estaba en pleno auge de la serie "Columbo") sino que también aceptó protagonizar con Gena. El rodaje fue

“Carla, bella y puttana” por E. DUCLOS

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“Carla, bella y puttana” de Tinto Brass (año 2000) es un filme de  drama-romance y picaresca erótica. La contratapa de la versión en DVD de la productora SBP nos adelanta esto: “Carla es una joven hermosa, su espectacular cuerpo parece haber sido esculpido delicadamente por las manos del más grande de los artistas. Todo en ella es voluptuoso y apasionado, hasta su desenfrenado deseo por disfrutar de la vida. Nada detiene su avasallante sensualidad, un instinto en su más puro estado animal que la transporta más allá de los límites imaginados. Carla es una metáfora de lo prohibido, una poesía sobre lo inimaginable, un lugar donde la belleza del erotismo no deja espacio para las palabras.” El humo era acompañado por una sucesión de imágenes de la protagonista con poca ropa: ella en un barco, en un cuarto desnuda a contraluz y de espalda, sometida en una playa y un sexteto de mujeres ofreciendo sus atributos traseros en el living de un Hugh Hefner versión Manaos. Algún dato técnico sobre e

Los espejos, fotos y fugas de Panahi

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"No hay osos" de Jafar Panahi - 2022 Una pareja se encuentra. Son iraníes. Él le da un pasaporte falso a ella con nombre francés. Ella se entusiasma, pero la sonrisa se le borra cuando él le dice que se va a tener que ir sola, que él se va después porque todavía no está su pasaporte. Alguien dice "corte" y la pareja de actores escucha las marcaciones para mejorar la escena. Miran a cámara. Quieren hablar con el director. El plano se va abriendo. Están en la pantalla de la laptop del director. El director es Jafar Panahi. Se comunica con ellos por teléfono. Se le corta el wifi y la transmisión se pierde. Jafar Panahi no es un personaje de la película, es uno de los directores más influyentes de la nueva ola de cine iraní. En 2009 fue encarcelado, liberado, luego condenado e inhabilitado para hacer películas y viajar al extranjero. El delito era el de propaganda contra el Estado. Ah, pero eso no lo convierte en un favorito del "mundo libre" porque años atrás